jueves, 6 de mayo de 2010

MEDIA SANCIÓN PARA HOMOMONIO (III)

Terminamos de reseñar el debate de la sesión en que obtuvo media sanción el dictamen que habilita el “matrimonio” homosexual.
Ma. Josefa Areta (Frente de Todos, Corrientes): Dijo que los griegos tenían relaciones con jóvenes, que “era parte de la cultura”; que “en el siglo IV el fervor religioso unido al poder político acabó con un amor sin fin”, “que en la Edad Media no había juicios por pecados de sodomía” y que “todo cambió en el siglo XIII con Felipe IV de Francia que quemaba en la hoguera a los sodomitas”. Ratificó su compromiso con el tema e instó a “superar los prejuicios”.
Miguel Bonasso (Diálogo por BsAs, Cap. Fed.): “acá hay un debate más de fondo, el cambio de un país autoritario”. Afirmó que “su generación conoció distintas formas de discriminación y persecución aún antes de la dictadura”. Dijo que con respecto a la adopción “hay prejuicios”. Sostuvo que “hay prelados que no se preocuparon cuando entregaron los hijos de los desaparecidos a los genocidas y ahora se preocupan porque adopten los homosexuales”. “La palabra matrimonio la vinculamos a la santidad, al sacramento, a la familia heterosexual porque es la etiqueta que le ha puesto el molde dogmático y cultural”, enfatizó. “Negar este derecho en una república laica, laica -repitió a los gritos- es una violación a la dignidad humana”.
Carlos Favario (Demócrata Progresista, Sta.Fe):
anticipó que no es creyente y que no tiene influencias confesionales, pero habló de la estructura natural del matrimonio: “llamar matrimonio a la unión de dos personas del mismo sexo es desconocer lo que es el matrimonio” y “generaría discriminación y desigualdad la equiparación de dos cosas distintas” Rechazó los etiquetamientos surgidos durante el debate: “no acepto que se hable de progresistas o de derecha”, “menos aún simplificaciones como autoritarismo o libertad”.
Omar de Marchi (Demócrata de Mendoza): “nos estamos apresurando, provocando una definición antes del debate en un tema que cambia la fisonomía social”. Aseguró que el tema no estaba en las plataformas y muy pocos diputados lo abordaron en forma personal durante la campaña”. Con relación a la interrupción de Carrió a Ledesma dijo: “una diputada reta a un diputado que humildemente funda su voto en la Fe, qué valentía la del diputado, en cambio hay diputados que se cuelgan cruces enormes y después apoyan cosas que nos desconciertan”.
Alejandro Rossi (FpV, Sta. Fe): “estamos hablando de la condición humana, de lo público y lo privado, de la dignidad y el amor”. Señaló que en el Congreso “se recogen los cambios sociales” y concluyó afirmando que “los homosexuales reclaman el derecho a amarse en libertad”.
Ricardo Gil Lavedra (UCR, Cap. Fed.): “no permitirle el matrimonio a personas del mismo sexo es inadmisible”. Preguntó retóricamente ¿por qué los heterosexuales vamos a gozar de mayores derechos que los homosexuales? Para concluir que “la mayoría no le puede imponer al Estado sus creencias y quitarle a otros derechos”.
Stella Maris Córdoba (FpV, Tucumán): “en otros temas apelamos a la Constitución y en este se cuelan convicciones personales”. Afirmó que “si un grupo se siente discriminado, el problema no es de esa minoría sino de la sociedad que no le permite gozar de sus derechos”.
Eduardo Amadeo (Peronismo Federal, BsAs): dijo que “desde su ética laica se planteó ¿cómo ampliar derechos sin provocar una ruptura institucional?” y entonces optó por “enlace civil”, para “reconocer los derechos de los homosexuales sin romper las profundas creencias de la sociedad”. En el tema de adopción apuntó que “los derechos de los más débiles” (los niños) debían primar “sobre los deseos de los más fuertes” (los adultos).
Claudia Gil Lozano (CC, Cap. Fed.): en respuesta a Hotton dijo que “trabajó con las distintas organizaciones LGBT y nunca sintió un apriete, lo mismo le pasa cuando va a sus manifestaciones o a sus mesas de trabajo”. “La complementariedad –dijo- no es igualdad, es la forma de naturalizar la opresión”. Y reiteró: “el capitalismo necesita del patriarcado y la heterosexualidad compulsiva”.
Sandra Mendoza (FpV, Chaco): “estas personas son discriminadas por su familia y la sociedad”. Aseveró que “el matrimonio es un derecho no una institución, una libertad protegida”. Voy a votar afirmativamente, anticipó. Y añadió “como principio inclaudicable de mi doctrina religiosa católica considero que a la realidad hay que aceptarla”.
Jorge Cejas (FpV, Río Negro): “por un lado están mis convicciones íntimas y por otro mi función de legislador”. Señaló que tiene algunas diferencias con el dictamen de mayoría, por ejemplo que se use el término “matrimonio” para las uniones homosexuales, porque “para que exista matri-monio, dijo Cejas, tiene que haber una mujer y eso deja afuera a los gays”. Propuso finalmente que se le cambie el nombre.
Remo Carlotto (FpV, BsAs): “los que se oponen, plantean restricciones a los derechos de la comunidad LGBT, una parte de la sociedad que ha sido terriblemente estigmatizada”. Sostuvo que “hay que avanzar en la consolidación de los derechos para afianzar la democracia” y aseguró que “esto es el resultado de la lucha de un sector que ha batallado durante muchos años”. Citó a Perón (“la única verdad es la realidad”) y a Artigas (“con libertad no temo ni ofendo”)
Fabián Peralta (GEN, Sta. Fe): “este debate pone sobre la mesa la vulnerabilidad de la idea de la verdad única” y agregó “hay muchas verdades, no existe la verdad absoluta”. Arengó finalmente: “este proyecto no impone, posibilita; no obliga, permite”.
Silvia Risko (FpV, Misiones): “es difícil abordar ciertas temáticas por el tabú y los prejuicios”. Contó que llegó con la idea de votar en forma parcial “matrimonio” pero que durante la sesión decidió apoyarlo en su totalidad”. Dijo que cotidianamente defiende “por convicción ideológica y cristiana también”, la libertad y el derecho a la identidad. Denunció discursos de “doble moral”.
Norah Castaldo (UCR, Tucumán): anticipó su disidencia, que no iba “a fundamentar desde un punto de vista confesional aunque está muy orgullosa de sus convicciones religiosas”. “El amor de los esposos, dijo Castaldo, se traduce y prolonga en los hijos”. Afirmó que “no es lo mismo la relación entre dos personas del mismo sexo y dos heterosexuales”, que “son uniones con finalidades distintas y no podemos llamarlas del mismo modo”. Reclamó que “los niños sean insertados en una familia similar a la familia biológica de la que se vieron privados”.
Héctor Tomas (FpV, San Juan): “el matrimonio es la unión libre y permanente de un hombre y una mujer”. Destacó que “los pactos internacionales al hablar de matrimonio mencionan al varón y la mujer” y agregó que “no es casual” porque “la unión de varón y mujer tiene como fin la procreación y educación de los hijos”. Los requisitos del matrimonio son, dijo Tomas, la expresión plena del consentimiento y los dos sexos. Enfatizó que “el matrimonio es una unidad social indispensable” y que “la doctrina justicialista es humanista y cristiana”.
Laura Alonso (PRO, Cap. Fed.): “yo juré por la Constitución Nacional y no me quedan dudas sobre lo que manda”. Sostuvo que sus abuelos entendían por matrimonio algo distinto a lo entiende ella y sus pares generacionales. “Hay una manda social y tenemos que garantizar nuevos derechos”, manifestó Alonso y remató: “los derechos no los consagran los tratados sino la movilización de la sociedad”.
Juan País (FpV, Chubut): “reconocer las uniones homosexuales indica que nuestro país hoy está discriminando a las minorías sexuales”. Agregó que si no los equiparan plenamente al matrimonio “los seguirían discriminando”.
Miguel Ángel Barrios (PS, Sta. Fe): el diputado socialista destacó la labor de su bloque en pro del “matrimonio” homosexual y señaló que el proyecto que ellos habían presentado lo trabajaron junto a la FALGBT.
Miriam Gallardo (FpV, Tucumán): “que un homosexual diga que se lo discrimina porque no le permiten casarse con una persona del mismo sexo es lo mismo que un polígamo se sienta discriminado por no poder casarse con varios”. La tucumana aclaró que si bien “todos somos iguales ante la ley, no todos somos iguales y por eso el Estado pone limitaciones“. Resaltó que “el matrimonio es una institución sagrada que siempre ha sido entendida como la unión de un varón y una mujer de por vida”.
Carlos Comi (CC, Sta. Fe): “la democracia se sustenta en la igualdad y la libertad y para eso hay que votar a favor del matrimonio”. Detalló después que la “violencia institucional” la sufre más la clase socioeconómica más desfavorecida.
Irma García (Peronismo Federal, La Pampa): “hoy reconocemos el derecho y la igualdad”. Para la pampeana “el matrimonio es una institución civil y laica a la que tienen que acceder todos”. Dijo no ser quién para “negarle el derecho a dos personas que han decidido vivir juntas”.
Héctor Álvaro (De la Concertación, Mendoza): adelantó su voto positivo. Dijo que somos “tributarios de la cultura occidental” y que por eso “usamos palabras que anclan en los conceptos de libertad e igualdad que emergieron con la Revolución Francesa”. Sostuvo que no iban a cometer “ningún pecado”, que iban a “incorporar a compatriotas al goce de los mismos derechos que tiene la mayoría”.
Ma. Elena Chieno (FpV, Corrientes): “cuestionar a la familia tradicional parece una blasfemia”. Aseguró que muchos niños son maltratados, violados, abusados … en “las familias tradicionales” y que muchas mujeres son asesinadas por sus “tradicionales parejas”, entonces concluyó que “la tan defendida familia tradicional no ha podido ofrecer garantía para sus integrantes hasta el presente”. Remató afirmando que no iban a “derogar o modificar ningún sacramento”, sino “legislar en un país laico”.
Rodolfo Fernández (UCR, Corrientes): “soy católico y represento al pueblo de Corrientes”. Manifestó que los homosexuales “gozan de una dignidad inalienable que le corresponde a cada ser humano”. Recordó que “la sexualidad tiene un significado unitivo y procreativo”. Destacó que la unión corporal del varón y la mujer en el matrimonio constituye una auténtica “comunión de personas”, enfatizando que ese “es el lugar digno para la acogida de nuevas vidas humanas”.
Adriana Puiggrós (FpV, BsAs): dijo que el activismo homosexual logró que finalmente trataran con respeto sus derechos, que habían llevado adelante una “lucha pacífica” en una sociedad “tremendamente violenta” con los que hacen una elección sexual distinta a la establecida por esta “sociedad occidental, patriarcal y machista”. Aseguró que hoy hay nuevas “formas de organización familiar” y que aspiran a que las normas religiosas no le impongan “definiciones esencialistas”. “Esta no es una discusión sobre la verdad, sino sobre los derechos”, aseguró Puiggrós.
Celia Arena (Peronismo Federal, Sta. Fe): “escuchamos hablar de la familia como el ámbito que garantiza la perpetuación de la especie, en lugar del ámbito de los valores y el afecto”. La familia, afirmó la santafecina, “es independiente del sexo de sus integrantes”. Admitió haber tenido dudas respecto a la adopción hasta que se planteó: si los niños están mejor con una pareja de un mismo sexo o en un instituto de menores. Determinó que “no elegimos de quién nos enamoramos” y aseguró que iban a “reconocer un hecho social y cultural, basado en el amor entre dos personas”.
Ariel Basteiro (Nuevo Encuentro, BsAs): “este es un derecho que este Congreso debe contemplar, más allá de las cuestiones religiosas o ideológicas”. Reiteró que hablaban de “derechos y libertad”. Manifestó preocupación porque escuchó en los pasillos que “algunos legisladores recibían llamados de representantes de la Iglesia” y añadió: “sería lamentable que algunos sacerdotes, obispos o monseñores, en vez de proclamar el amor y la igualdad entre las personas, estén preocupados por una legislación que sólo va a traer más derecho y más igualdad”.
Adela Segarra (FpV, BsAs): “nunca me casé y tengo hijos biológicos y adoptados”. Consideró que el matrimonio es una institución que perpetúa el “dominio sobre la mujer”. Respecto a la adopción acotó: “la maternidad y la paternidad son roles” y “dar amor y educación a un niño no es patrimonio de ninguna institución”.
Rosana Bertone (FpV, T.del Fuego): estimó que para las uniones homosexuales tiene que haber un régimen especial, distinto del matrimonio, y recordó que es coautora de un proyecto sobre “unión civil”. Dijo que ese proyecto había soslayado la adopción porque “no existe el derecho de los adultos a criar un niño, sino desde el derecho de los niños a formarse en un ámbito favorable a su desarrollo”. Reprochó finalmente que esa alternativa de la “unión civil” no se hubiera incluido entre los expedientes tratados.
Sandra Rioboó (UCR, BsAs): adelantó su voto positivo y expresó que la que estaba en tratamiento era una ley muy importante, vinculada con la vida diaria. Hizo un reconocimiento a las organizaciones que en los ochenta lucharon para erradicar la estigmatización del sida y ahora daban “una batalla por la igualdad y los derechos”.
Ulises Forte (UCR, La Pampa): como hombre de campo quiso dejar sentado que “no existen dos argentinas, que la libertad sexual existe en la Capital y en todos los rincones del país”. Reconoció que le “hace mucho ruido” y “le genera dudas el tema de la adopción” pero agregó que “le da mucha más bronca” ver todos los días, cuando se va, a una mujer con dos pibes en pañales durmiendo en la calle.
Raúl Barrandeguy (FpV, E.Ríos): adelantó su voto positivo y habló de la igualdad. Recordó que durante la Revolución Francesa Olimpia de Gouges fue decapitada por pedir derechos iguales para la mujer y dijo que en nuestro país pasó lo mismo: hubo “igualdad formal” pero “desigualdad material”. Afirmó que “lo que no está prohibido está permitido y, si está permitido, debe ser tutelado jurídicamente” y manifestó que quería saber “si todos estaban dispuestos a poner en juego sus convicciones, tal como juraron al asumir las bancas” (sic).
Oscar Albrieu (FpV, Río Negro): “desde el Iluminismo para acá hay un límite claro en el Estado y en el poder del César”. Puntualizó que “cada uno es dueño de elegir su camino para ser feliz”, que “cada uno es dueño de elegir el camino por el que ha de conducir su vida”. Estimó que “existen resabios de autoritarismo en aquellos que retacean este derecho y quieren imponer a los demás sus propias convicciones, prejuicios e ideas”.
Juan Carlos Vega (CC, Cba.): “voto a favor desde la ética laica” porque “la ética no es patrimonio exclusivo de las religiones”. Definió la ética laica como “un fuerte compromiso con una cultura democrática y de los derechos humanos” e inquirió “¿quién es el Estado, quién es la ley para condenar a la ilegalidad a dos personas que se quieren, que quieren vivir juntas, por el hecho de tener el mismo sexo?”
Jorge Álvarez (UCR, Sta. Fe): “cada vez que voto lo hago con convicción personal y con el convencimiento de que es lo mejor para el conjunto de la sociedad”. Dijo que estaba convencido de “la garantía al derecho a la libertad del individuo” porque “cada uno tiene la libertad de elegir la persona con la que desea estar” pero planteó “serias dudas en lo que se refiere al régimen de adopción”. Anticipó que se inclinaba por “enlace civil”.
Margarita Ferra de Bartol (FpV, San Juan): “la institución familiar da la continuidad generacional, con los valores que dan sentido y cohesión en orden al bien común”. Afirmó que “el matrimonio está identificado con la unión del hombre y la mujer desde tiempos ancestrales” y que “el Estado de derecho plasmó en normas el desafío que la humanidad conservó como meta”. Reconoció “la permanencia del orden natural” y adelantó su rechazo al dictamen.
Lorena Rossi (Peronismo Federal, Río Negro): “tengo mis creencias religiosas pero éstas no me impiden tener la certeza de que vivimos en un Estado laico, y en un Estado laico todos tenemos derecho a la igualdad ante la ley, más allá de nuestras creencias”. Llamó a esto su “convicción democrática”, y afirmó que era la convicción que tenía que primar a la hora de legislar. Instó a aceptar las nuevas “relaciones afectivas y de convivencia”.
Lidia Satragno (PRO, BsAs): habló de “la impiedad” que observó a lo largo de los años con los que tienen una diferente preferencia sexual, y de sus compañeros del medio artístico que hacían “esfuerzos desmesurados para ocultar su calidad de homosexuales, para no ser rechazados”. “Creo, dijo Pinky, que esa gente que ha padecido tanto y que ha luchado tanto por su reivindicación, debe tener el reconocimiento que la ley le debe”.
Dalmacio Mera (FpV, Catamarca): “no considero que esto sea de un problema de igualdad o de cercenamiento de elección, ni mucho menos que sea un problema de discriminación”. Aseguró que el legislador, en su tiempo, planteó el instituto del matrimonio con un hombre y una mujer porque “es la garantía natural de la procreación y de la supervivencia del Estado al mantener la población”. Se inclinó por otorgar “derechos a las minorías” con otros institutos.
Gerardo Milman (GEN, BsAs): “esta no es una cuestión de conciencia, es una discusión ideológica”. Distinguió tres tipos de ideologías: “la ideología puede mantener la realidad existente -ideología conservadora-; volver a las realidades previas -ideología reaccionaria-; o intentar modificar una situación social -ideología progresista-“. En la última línea enroló a su bloque y añadió que “por eso todos votaban afirmativamente”.
Ricardo Cuccovillo (PS, BsAs): “el matrimonio y los estados son construcciones culturales”. Dijo que es “padre de un hijo gay” y pidió para él “igualdad de derechos” con el resto de sus hijos. “Este hijo mío –insistió- tiene los mismos derechos que el resto de la sociedad”. Definió al matrimonio como “una institución cultural armada por el ser humano”. Y aseguró que sólo “hay que estudiarlo, hay que leerlo, hay que investigarlo y despojarse de ciertas cuestiones emotivas o fundamentalistas”.
Gabriela Michetti (PRO, Cap. Fed.): “estoy absolutamente convencida de lo imprescindible que resulta respetar, reconocer y trabajar por los derechos de las parejas homosexuales”. Sostuvo que a la hora de generar normas “hay que separar muy bien las convicciones religiosas de las republicanas”. Narró que cuando era chica, “en los colegios, sobre todo en los religiosos, se estigmatizaba a los chicos de padres separados, porque eran una minoría” y añadió que “ya no pasa porque en la mayoría de los cursos son más los hijos de padres separados”. Consideró que la adopción por parte de homosexuales hoy no cuenta “con la madurez suficiente desde la dimensión cultural de la sociedad como para aceptarla” y se manifestó a favor “enlace civil”.
Norberto Erro (UCR, BsAs): dijo que representaba a los diputados radicales que no están de acuerdo con el “matrimonio” pero avalan el “enlace civil” porque los derechos de las parejas homosexuales tienen “que implementarse a través de una figura distinta que preserve la del matrimonio civil”. Enfatizó que “el instituto de la adopción hoy ubica por encima de todo la prioridad del menor y, fundamentalmente, de los menores desamparados”.
Ma. Luisa Storani (UCR, BsAs): manifestó que alientan “una política participativa y próxima a los ciudadanos y las ciudadanas” y que buscan “soluciones que hagan efectivos los principios de libertad para que toda persona pueda llevar a cabo su proyecto de vida”. Afirmó que “la calificación de anormalidad para otras formas del amor ya ha sido desterrada desde hace tiempo por la ciencia, la historia y la biología”. Y que “lo normal o lo anormal son una construcción social, cultural y de valores que nada tienen que ver con lo científico”. Adelantó finalmente su voto positivo.
Elisa Carrió (CC, Cap. Fed.): (.) No voy a hablar del derecho, porque el derecho respalda absolutamente la igualdad de derechos. (.) Enseñaba derecho constitucional en la universidad a los 23 años (.) Los finales de derecho constitucional en la Universidad del Nordeste eran sobre todo por el derecho a la identidad y a la autonomía en esta materia.
(La Coalición Cívica) es la única fuerza política en la Argentina que hizo de la diversidad sexual, ideológica y de creencias una bandera. Si aquí hay sentadas mujeres, jóvenes, hombres y personas de distinta identidad sexual, en este Parlamento y en todos los parlamentos de la Argentina, es por la Coalición Cívica.
(.) Y mi bloque mayoritariamente va a votar este matrimonio, y el miembro informante de mi bloque es una persona que tiene una identidad sexual diferente y habló por la mayoría. Yo sólo hablo a título personal (.) mantengo enormes diferencias con otras personas que se han expresado desde las convicciones religiosas, las que también quiero expresar. Dios no es de los heterosexuales; Dios es de todos y nos ama a todos (.) ¿Qué es ser natural? ¿Qué quiere decir? (.) ¿No es natural alguien que tiene un deseo y un rasgo erótico y ama a otra persona de su mismo sexo? Claro que es natural. (.)
Yo voto como cristiana. Es mentira que uno se puede separar. Yo estoy exponiendo a título personal; y no puedo separarme, porque no puedo ir al Santísimo a la mañana y venir a la noche acá y decir otra cosa, con lo cual lo que puedo expresar es mi tensión.
(.) La verdadera familia, la familia cristiana, es lo opuesto a la familia nuclear. La familia del Evangelio es lo opuesto a la familia nuclear. (.) La familia de Jesús es María Magdalena. ¡Díganme dónde la ponen los católicos a María Magdalena! De acuerdo con la ortodoxia de la conducta, María Magdalena no tendría que ser santa, sino que tendría que estar condenada a la marginalidad (.) Él vino a sanarnos a todos, señor presidente, y el primer mandamiento es ese amor. Nosotros deberíamos respetar algo que, efectivamente, es un misterio. Yo sé que muchos dicen que se trata de la libertad, pero nadie quiere ser minoría ni quiere vivir su vida escondiendo lo que es.
(.) Saben por qué hay muchas personas gays en las grandes ciudades? Porque son los hijos y las hijas de las clases medias de provincia, que vienen a Buenos Aires a vivir su libertad, porque en su provincia no lo pueden hacer.(.) Yo misma he tenido que hablar con muchos amigos para que bendigan las uniones de sus hijos.
La tensión que yo tengo no es por los derechos. Si faltara mi voto para que esos derechos existan, yo con un enorme dolor votaría afirmativamente.
(.) La palabra matrimonio es un sacramento; remite a un sacramento, como la eucaristía. Y yo no quiero dejar de respetar a mi Iglesia. Creo absolutamente en la separación de la Iglesia y el Estado, y creo que la palabra matrimonio no tiene que estar en el Código Civil, porque es una palabra que, nos guste o no, está en la religión.
Es un dilema; yo no puedo decidir. Daría mi vida ‑di mi vida intelectual, pero también daría el resto‑ al reconocimiento e inclusión de esto. Al mismo tiempo, lo que más quiero y en lo que más creo en el mundo es en lo que creo que no está en el mundo.
(.) Voy a pedir permiso para abstenerme (.)Yo hubiera podido votar en contra y quedar bien con la Iglesia; hubiera podido votar a favor y quedar bien con la comunidad. Pero yo no quiero quedar bien con nadie. Yo sólo quiero explicar la tensión y solicitar permiso para mi abstención, que favorece absolutamente a que la norma sea sancionada.
Agustín Rossi (FpV, Sta.Fe): (.) Con esta sanción del dictamen de mayoría vamos a igualar derechos. (.) Cualquier otro camino que hubiésemos elegido no habría resuelto el problema, pues lo que se proponía como alternativa no clausuraba la discusión. (.) Las palabras en sí mismas representan cosas: las palabras incluyen o excluyen, integran o aíslan, mantienen el statu quo o significan un avance. A pesar de la buena voluntad de algunos, no era lo mismo hablar de unión civil que de matrimonio. Era seguir estigmatizando, era seguir diciéndoles “son distintos, ustedes pueden hasta acá, el resto está reservado para nosotros, para ustedes es esto”. (.)
En el año 1994, monseñor Quarracino –en su momento presidente de la Conferencia Episcopal‑, en un programa que tenía en la televisión pública, decía: “Yo pensé si no se puede hacer acá una zona grande para que todos los gays y lesbianas vivan allí; que tengan sus leyes, su periodismo, su televisión y hasta su Constitución; que vivan como una especie de país aparte, con mucha libertad. Podrán hacer manifestaciones día por medio, podrán escribir y publicar. Yo sé que me van a acusar de propiciar la segregación. Bueno, pero sería una discriminación a favor de la libertad, con toda caridad, con mucha delicadeza y misericordia. También tengo que añadir que así se limpiaría una mancha innoble del resto de la sociedad.” Esto, señor presidente, era dicho hace quince años por el principal vocero de la jerarquía de la Iglesia Católica argentina.
(.) Señor presidente: voy dar lectura a dos extractos del libro “Historia de la homosexualidad en Argentina”, de Osvaldo Bazán. El primero de ellos es una parte del discurso de Alicia Pierini, cuando cerraba el debate sobre la unión civil en la legislatura porteña.
Dice así: “Como cristiana me guío por la luz del Evangelio, por el ejemplo de Cristo. El Evangelio me enseña que Dios es amor y que no condiciona al amor, mientras sea tal. El Evangelio me enseña a amar al prójimo sin imponerle condiciones a ese prójimo. En mi conciencia puse, en uno de los dos platillos de la balanza, a la enseñanza de la doctrina de la Iglesia, que es mi Iglesia, a la que pertenezco, que sé que está en contra de este proyecto explícitamente. Y en otro platillo puse mi propia fe. Decidí correr los riesgos de la fe, porque creo que esa es una conducta cristiana. En el Evangelio encuentro la Verdad Trascendente y el amor de Cristo, mientras que en la historia de la propia Iglesia he visto muchas veces el error humano. Entonces, por razonamiento jurídico, por convicción progresista, y también desde mi fe, mi voto individual es afirmativo.”
Para terminar, voy a leer el epílogo de este libro de Osvaldo Bazán
(.) Dice así. “Y algún día, finalmente, se habrá de saber la verdad tan celosamente guardada: la homosexualidad no es nada. (.) “No era nada y después fue pecado (no fue Dios, fue un grupo de personas el que lo decretó) y después fue una enfermedad (tan arbitraria que un día dejó de serlo) y también fue un delito (usado siempre discrecionalmente). Y después fue todo junto: pecado, enfermedad y delito. ¿Cómo reaccionar teniendo en contra la religión, la ciencia y el Estado? (.)
Con muchísima alegría adelanto mi voto afirmativo y el de muchos compañeros de mi bloque.


Fuente: NOTIVIDA


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