
El documento concluye que hay una gran “necesidad inalcanzada” de planificación familiar en los países menos desarrollados. Para las agencias de la ONU, planeación familiar quiere decir únicamente anticonceptivos y acceso al aborto. El boletín dice que, “datos en el uso de anticonceptivos corroboran que el uso de métodos modernos de anticoncepción entre mujeres de los países menos desarrollados permanecen bajos, con sólo 24 por ciento de las mujeres…usándolos”.
El demógrafo y economista Nocholas Eberstadt de American Enterprise Institute comentó al Friday Fax que el reporte está “plagado de la concepción de dirigismo y neo-malthusiana de que las preferencias sobre el tamaño de la familia son fundamentalmente moldeables por el gobierno”. En un estudio publicado en Gran Bretaña en 2007, Eberstadt retó la idea de que una alta fertilidad automáticamente equivale a altas tasas de pobreza. Señaló que la población mundial se cuadruplicó en el siglo XX y sin embargo el PIB per capital “se quintuplicó o más”.
Recientemente describió la tesis del nuevo reporte de política pública “ideas muertas que murieron hace mucho” y argumentó que el predictor más acertado de niveles de fertilidad nacional es el tamaño deseado de familia que reportan los padres prospectivos – no la escala o intensidad de programas gubernamentales que incentivan el mayor uso del anticonceptivo. Eberstadt señaló que Lant Princhett, un economista de Harvard y el Banco Mundial, convincentemente argumentó que el deseo los padres es el determinante clave del tamaño de una familia hace una década y media, publicado en un importante estudio de 1994 en Population and Development Review, la revista líder sobre el tema.
Despues de examinar datos voluminosos, Pritchett concluyó que “en países donde la fertilidad es alta, las mujeres quieren tener más hijos. La fertilidad ‘excesiva’ o ‘no deseada’ juega un rol menor en explicar las diferencias de fertilidad. Lo que es más, el nivel de uso de anticonceptivos, medidas de acceso a anticonceptivos…y esfuerzos planificación familiar tienen poco impacto sobre la fertilidad…”.
Pritchett también puntualizo uno de los principales temas del nuevo reporte de UNPD: el concepto de “necesidad insatisfecha”. Pritchett ha señalado que una “necesidad insatisfecha” está definida con demasiada amplitud; “…al calcular una ‘necesidad insatisfecha’ todas las mujeres que no quieren un hijo inmediatamente y que dicen no usar anticonceptivos (inclusive por motivos distintos al costo y el acceso – por ejemplo, actividad sexual poco frecuente, disgusto por los efectos secundarios de los anticonceptivos, o objeciones religiosas) son clasificadas como en ‘necesidad’ de anticoncepción. El profesor Pritchett de Harvard caracterizó esta definición como “paternalista”.
La Comisión de Población y Desarrollo de la ONU se reúne esta semana en Nueva York y se enfocará casi exclusivamente en ideas relacionadas a la anticoncepción y el aborto.
Traducción: Paola Ocejo, Katharina Rothweiler
fuente: c-fam
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