sábado, 9 de abril de 2011

Amparo Medina: cómo me convertí en guerrillera (VIDEO)


En el marco del Congreso Nacional de la Red Federal de Familias realizado en abril de 2011 en la ciudad de Mendoza, la líder provida ecuatoriana Amparo Medina dio un impactante testimonio de su conversión, luego de un pasado como activa militante de izquierda.
En este video (véalo al final de esta nota), Amparo Medina cuenta primeramente su vivencia como guerrillera.
Luego de vivir un catolicismo tibio durante su niñez, decide declararse atea en la adolescencia. Fue una activa deportista, lo que la libró de la droga. Comenzó a jugar en la selección de básquet y a los 16 años conoció la revolución.
La invitaron a formar equipos en sectores populares. Pero no todo era deporte. Había una hora de adoctrinamiento en el MIR (movimiento de izquierda ecuatoriano) y luego una de deporte.
Fue capacitada en técnicas de liderazgo, en el odio a los ricos y a los Estados Unidos, en la lucha de clases, en la promoción de huelgas, etc.
Luego de ver cómo muchos hombres borrachos maltrataban a sus esposas, concluyó que el hombre era lo peor que le podía pasar a una mujer. Y así fue que incitaban a las mujeres a pegarles a los maridos y a dejarlos. “Empoderate de tu vida y tu cuerpo”. Le echaban la culpa a la Iglesia, por no permitir que las mujeres dejasen a sus maridos.
Así se fue inflamando de amor revolucionario, de cambio social, en un romanticismo alimentado con música cubana y las historias del Che Guevara.
A los 18 años estaba indignada con la injusticia. La única solución era acabar con la clase de los ricos. Estaba convencida de que Dios no existía, de lo contrario estaría junto a los pobres. Comenzó a odiar, a burlarse y despreciar a los sacerdotes.
Se hizo la promesa de que mientras hubiera una mujer maltratada, y niños y jóvenes sin educación, iba a haber en ella una guerrillera dispuesta a armarse para poder sacar adelante a esa gente. “Patria o muerte, la revolución o la vida” era la consigna. Y así se inflamaba de la revolución y salía llena de ganas de acabar con todos los ricos, los curas, y las monjas.
Entre lágrimas, Amparo Medina comentó también la estrategia que tenían para captar sacerdotes jóvenes para convertirlos en revolucionarios. Buscaban la forma de doblegar al sacerdote. Comenzaban primeramente ayudándolo en sus tareas parroquiales.
Por ejemplo, iban a zonas rurales donde había sacerdotes que vivían en la soledad y se aprovechaban de esto acercándoles “chicas bonitas que le coqueteen”. Muy apesadumbrada, contó el caso de un muy buen sacerdote al que encontraron muy enfermo, lo llevaron al hospital, lo ayudaron a recuperarse … y finalmente fue convertido en revolucionario y terminó celebrando la Eucaristía con coca cola y pan en la montaña.
fuente: AA

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