viernes, 20 de marzo de 2009

La justicia británica ordenó desconectar a un bebé contra la voluntad de sus padres

Un tribunal resolvió que los aparatos que mantienen con vida a un niño de nueve meses muy enfermo deben ser apagados. La jueza dijo que "no tiene derecho a vivir bajo cualquier circunstancia"
La familia inició hace unos días una batalla legal para mantenerlo con los cuidados mecánicos, a pesar de que los doctores sugirieron que debían poner fin al sufrimiento del niño, publicó hoy el sitio web del periódico Daily Mail. No obstante, los padres argumentaron que el bebé, conocido por sus iniciales –O.T.-, muestra señales de placer cuando recibe cuidados de su madre, por lo que estiman que, tal vez algún día, recobrará su salud. Además, sostuvieron que desconectarlo de los aparatos atenta contra su derecho a la vida, de acuerdo a la Convención Europea de Derechos Humanos. Es por ello que llevaron a los doctores a la Justicia. Pero ayer, la jueza Justice Parker resolvió que el niño no tiene derecho a vivir "bajo cualquier circunstancia". Después de diez días de deliberaciones, dio permiso a los doctores a apagar el respirador artificial que mantiene al menor. No obstante, esto no se realizará inmediatamente, ya que dará a los padres un tiempo prudencial para que presenten una apelación si así lo desearan. Esto ocurrirá efectivamente hoy, cuando intentarán que la magistrada cambie su decisión a través de la Cámara de Apelaciones británica."O.T. es un ser humano único. Su vida es muy valiosa. Pero O.T. no tiene derecho a seguir viviendo bajo cualquier circunstancia. O.T. no tiene el derecho a ser mantenido vivo así", señaló en su sentencia Parker.O.T. sufre de una rara condición conocida como desorden mitocondrial. Las personas que lo padecen no pueden transformar correctamente comida ni oxígeno en energía, por lo que mantienen dentro de su cuerpo sustancias que, con el tiempo, son tóxicas para su salud. Además, no puede tragar, por lo que los fluidos de su nariz y boca deben ser removidos cada, al menos, 90 segundos. Los doctores estiman que el bebé tiene una esperanza de vida no mayor a los 3 años. Sin embargo, los padres del niño no aceptan que pueda morir antes de su cuarto cumpleaños. La jueza dijo que reconoce que los padres lo aman "con devoción", pero opinó que el hecho de que ellos piensen que el niño alguna vez podrá ir a la escuela es "irreal". Si bien aseguró creer en los derechos de las personas que viven gracias a respiradores ratifícales, calificó este caso como "desesperado y angustiante". La semana pasada, O.T. empeoró debido a una infección. La jueza Parker ordenó a los médicos hacer todo lo que estuviese a su alcance para mantenerlo con vida, y desestimó la denuncia del padre, que aseguraba que intentaron "enfermarlo más" para "acelerar su muerte". Incluso justificó su comportamiento y señaló que todo se debe al estrés que le causa el delicado estado de salud del menor.
fuente: Infobae

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