viernes, 23 de enero de 2009

Autorizan un tratamiento para que nazca un bebé que pueda curar a su hermano

Buscan que nazca una beba con una médula compatible para trasplantar a su hermano enfermo.
Una beba que le pueda salvar la vida a uno de sus hijos, que padece una grave enfermedad. Con ese objetivo, una pareja de Mar del Plata decidió realizar un tratamiento de fertilización in vitro. Mediante esa técnica y una serie de análisis previos, los médicos podrán elegir un embrión sano y compatible con su hermano. Luego, en el parto, se extraerá la sangre del cordón umbilical, que abrirá las puertas de un trasplante de médula. Se trata del primer caso con esas características en la Argentina, aunque ya hay antecedentes en Europa. El caso trascendió a raíz de un fallo de la Cámara Federal de Mar del Plata, que tuvo que actuar ante un pedido de la pareja para que el tratamiento lo cubran sus obras sociales. Los jueces Alejandro Tazza, Jorge Ferro y Juan José Comparato tuvieron en cuenta la opinión de los expertos del Hospital Garrahan que trataron al chico y concluyeron que el método recomendado es "la única forma posible y más o menos certera con la que se cuenta en la actualidad para salvaguardar la vida del menor". "Los médicos les dijeron que no tiene cura excepto que se hagan fertilización in vitro y seleccionen los embriones que sean compatibles con la sangre del chico", le confirmó a Clarín el juez Alejandro Tazza. El nene (su nombre se mantiene en reserva por cuestiones legales) padece la enfermedad granulomatosa crónica (EGC). "Afecta a los varones pero la transmite la madre, eso se denomina 'herencia recesiva ligada al cromosoma x', por eso se busca determinar el sexo y elegir una mujer. Luego, hay que ver que sea histocompatible con su hermano", explicó Matías Oleastro, medico principal del servicio de Inmunología del Garrahan. Una vez que nazca la beba, a los quince días ya se podrá realizar el trasplante. "La solución es relativamente nueva. Desde Europa nos llegan casos a través revistas médicas especializadas y la gente empieza a preguntar", agregó Oleastro. En octubre del año pasado, una mujer dio a luz a un bebé que fue concebido con el objetivo de salvar a su hermano de seis años, que sufría una anemia congénita severa. El caso generó la reacción del Papa Benedicto XVI. Este caso argentino también despierta polémica. De Hecho, IOMA, una de las dos obras sociales demandadas, se negó a hacerse cargo del tratamiento. Sus abogados dijeron que "necesariamente descarta embriones sanos por no ser histocompatibles con el niño enfermo". El tema, sin duda, despierta planteos éticos, incluso entre los médicos. "El diagnóstico genético preimplantacional (DGP) permite diferenciar embriones afectados y no afectados. Ante un problema genético, quién va a querer a los afectados", se preguntó Sergio Papier, experto en fertilidad del CEGYR. El examen genético es común en los tratamientos de fertilidad, aunque se hace sólo cuando hay riesgos de transmisión de enfermedades y consentimiento de la pareja. En el caso de Mar del Plata, además de autorizar el tratamiento, la Justicia determinó una serie de pautas respecto de los embriones que no se utilicen. "Hay que reconocerle el estatus de ser humano desde el momento de la concepción, hay que criopreservarlos, y se les establece una tutoría, que resguarde sus eventuales derechos", dijo Tazza. En este caso, lo más probable es que los embriones no utilizados se terminen donando porque "no hay expectativa a futuro", razonó Laura Kopcow, especialista en medicina reproductiva de Pregna.
FUENTE: CLARIN

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